En la actualidad, las preguntas están ganando más valor que las respuestas en el mundo de la innovación y la tecnología. La capacidad de hacer buenas preguntas se está convirtiendo en una habilidad cada vez más importante y necesaria para la resolución de problemas y la toma de decisiones en un mundo lleno de información.
Afortunadamente el trabajo de muchos autores hace que el proceso de hacer nuevas preguntas se vuelva mucho más sencillo para los que aún no han iniciado su proceso en el camino a convertirse en un gran preguntador.
Warren Berger, autor de «A More Beautiful Question», afirma que, en su investigación, ha encontrado que muchas de las innovaciones y avances tecnológicos tienen su origen en una gran pregunta. La habilidad de formular preguntas nos permite organizar nuestro pensamiento alrededor de lo que no sabemos, y en un mundo donde el conocimiento está al alcance de nuestras manos, necesitamos hacer buenas preguntas para encontrar el camino hacia la siguiente respuesta.
Sin embargo, la habilidad de hacer preguntas se va deteriorando a medida que avanzamos en nuestro proceso de educación, y Berger afirma que esto se debe en gran parte a que en la escuela se da más valor a las respuestas que a las preguntas. Los maestros están tan enfocados en enseñar para la evaluación que no pueden permitirse responder a todas las preguntas que los estudiantes tienen, y esto se convierte en un problema. Las escuelas y los maestros deberían enfocarse en fomentar la habilidad de hacer buenas preguntas, y no sólo en enseñar a los estudiantes lo que deben saber.
En su otro libro: «The Book of Beautiful Questions», Berger propone el término «questionologist» para referirse a las personas que practican el arte de hacer preguntas, yo prefiero llamarle simplemente preguntador/a. Sin importar cómo le llamemos es innegable la importancia de hacer preguntas y la necesidad de considerar el estudio de las preguntas como una disciplina.
Hacer preguntas adecuadas en el momento adecuado puede ayudarnos a tomar decisiones y actuar de manera más efectiva en situaciones difíciles. Además, nos permite alejarnos de la filosofía tradicional de basarnos en las respuestas, en su lugar, deberíamos encontrar nuestras propias soluciones y respuestas a los desafíos individualizados que enfrentamos. Sin duda, hacer preguntas es una herramienta natural que puede ayudarnos a pensar y encontrar soluciones más exitosas.
Por otro lado, Jonathan Keats, escritor y artista, afirma que a menudo empieza sus proyectos haciendo preguntas ingenuas, del tipo que un niño haría. Y aunque estas preguntas pueden parecer absurdas, a menudo llevan a un pensamiento más profundo y pueden ayudarnos a llegar a soluciones creativas. En un mundo que cambia rápidamente, hacer preguntas es una habilidad esencial, ya que nos permite adaptarnos y resolver problemas.
Siguiendo con esa misma línea de pensamiento, Tim Ferriss, autor de «Tools of Titans», habla sobre el valor de hacer preguntas tontas. A menudo, nos resistimos a hacer preguntas que puedan hacernos parecer tontos o ignorantes, pero Ferriss argumenta que, en realidad, hacer preguntas tontas puede ser una gran herramienta.
A lo largo de mi vida, con ayuda de estos y otros autores he creado mi propio camino en el proceso de convertirme en la mejor preguntadora posible. A continuación, voy a compartirte una serie de pasos que yo sigo actualmente, no siempre de manera lineal y no siempre de la misma manera pero que te pueden servir como punto de partida.
- Piensa en el objetivo de la pregunta: antes de hacer una pregunta, debes tener claro qué es lo que quieres obtener con ella. ¿Quieres obtener información específica? ¿Quieres comprender mejor una situación o una perspectiva? ¿Quieres desafiar una idea o una creencia? Saber cuál es tu objetivo te ayudará a formular preguntas más precisas y efectivas.
- Identificar el tema o asunto en cuestión: es importante tener claro sobre qué se quiere preguntar para poder enfocar la pregunta de manera adecuada y evitar ambigüedades o confusiones.
- Considera el contexto: el contexto en el que se hace una pregunta es importante para su efectividad. Si estás en una reunión de trabajo, por ejemplo, es posible que desees formular preguntas más específicas y directas, mientras que, si estás en una conversación informal, es posible que desees ser más abierto y exploratorio en tus preguntas.
- Dependiendo del contexto, considera buscar información previa sobre el tema: es útil informarse antes de hacer una pregunta para evitar preguntar algo que ya se conoce o que es fácilmente accesible. Además, esto puede ayudar a formular una pregunta más precisa, específica e interesante.
- Pensar en las posibles respuestas: antes de hacer una pregunta, es recomendable pensar en las posibles respuestas que se podrían obtener, nunca para inhibirla sino para ayudar a afinar la pregunta y a obtener información más útil y relevante.
- Formula preguntas abiertas y evita las preguntas cerradas: las preguntas abiertas son aquellas que invitan a la reflexión y al diálogo, y no se pueden responder con un simple «sí» o «no». Estas preguntas fomentan la exploración y la discusión, y son particularmente útiles para obtener información detallada o para desafiar perspectivas y creencias. Recuerda que las preguntas cerradas o que sugieren una respuesta específica limitan la exploración del tema y pueden limitar las perspectivas y opiniones que se podrían obtener.
- Escucha atentamente: hacer buenas preguntas también implica ser un buen oyente. Escucha con atención las respuestas que recibes y formula preguntas de seguimiento basadas en lo que has escuchado. Esto demuestra que estás realmente interesado en el tema y ayuda a fomentar una conversación más profunda y significativa. Para hacer mejores preguntas, es fundamental estar dispuesto a escuchar con atención las respuestas que se obtienen. Esto permite profundizar en el tema y obtener información más útil y relevante.
- Sé respetuoso y empático: hacer preguntas difíciles o desafiantes puede ser incómodo, pero es importante ser respetuoso y empático en todo momento. Reconoce las perspectivas de los demás y trata de entender sus puntos de vista, incluso si no estás de acuerdo con ellos.
- Continuar explorando el tema: hacer preguntas es una herramienta para continuar explorando y aprendiendo sobre un tema. Por lo tanto, es importante estar dispuesto a seguir haciendo preguntas y a mantener la curiosidad y la mente abierta para obtener nuevos conocimientos y perspectivas.
Para que todos estos pasos vayan teniendo un mejor sentido te sugiero que estés a atento a lo que Warren Berger considera “los cinco enemigos del cuestionamiento”:
- Miedo: puede impedir que hagamos preguntas por temor a parecer ignorantes o a las consecuencias que pueden surgir de hacer preguntas.
- Conocimiento: cuanto más sabemos, menos preguntas hacemos, lo que puede llevar a la complacencia y a no actualizar nuestro conocimiento.
- Sesgos: nuestros sesgos, limitantes y creencias pueden impedir que consideremos preguntas que desafíen nuestro punto de vista.
- Arrogancia: puede llevarnos a creer que nuestras opiniones son correctas y que no necesitamos hacer preguntas o considerar otras perspectivas.
- Falta de tiempo: en la escuela, en el trabajo y en la vida en general, el tiempo puede ser un factor que nos impide hacer preguntas y buscar respuestas.
En cuanto a la utilidad de hacer mejores preguntas, por supuesto que hay muchos beneficios tanto personales como profesionales. Al hacer preguntas más efectivas, puedes:
- Obtener información valiosa: hacer preguntas precisas y efectivas te permite obtener información valiosa que de otra manera podrías haber pasado por alto.
- Fomentar el diálogo y la colaboración: las buenas preguntas fomentan la exploración y el diálogo, lo que puede ayudar a fomentar la colaboración y la creatividad en el trabajo.
- Desafiar tus propias creencias y perspectivas: al hacer preguntas desafiantes, puedes desafiar tus propias creencias y perspectivas, lo que puede ayudarte a crecer y aprender como persona.
- Comprender mejor a los demás: al hacer preguntas empáticas y respetuosas, puedes comprender mejor las perspectivas y experiencias de los demás, lo que puede ayudarte a desarrollar relaciones más significativas y auténticas.
Recuerda:
“Robots are for answers, humans are for questions”.
Desde mi perspectiva, hacer buenas preguntas es esencial para la innovación, la resolución de problemas y la adaptación al cambio. En lugar de enfocarnos sólo en las respuestas, debemos fomentar la habilidad de hacer preguntas desde una edad temprana, permitiendo que los niños desarrollen la curiosidad y la creatividad necesarias para hacer las preguntas correctas. Al hacer preguntas tontas o ingenuas, podemos descubrir soluciones que no habíamos considerado antes y aprender más acerca del mundo que nos rodea. En un mundo que cambia rápidamente, la habilidad de hacer buenas preguntas es una habilidad esencial para el éxito.