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Dos grados

En agosto de 2020 un grupo de senderistas paseaba junto al glaciar Tourtemagne en Suiza y lograron grabar este vídeo, en el preciso momento en el que el glaciar colapsa y el hielo se viene abajo. Todo esto producto del calentamiento global.

Ya en febrero de 2021, pudimos ver la fuerza del colapso de un glaciar que deja al menos 200 desaparecidos en el norte de India. Evento que nos deja un recordatorio de uno de los retos que enfrentaremos como generación.
https://www.youtube.com/watch?v=-HBkxBpZBe8

Advertencia de la ONU

En 2018 las Naciones Unidas ya nos habían advertido sobre el inicio de estos acontecimientos  y la proyección de las emisiones de dióxido de carbono (el principal gas de efecto invernadero) para todos los países del mundo está desafortunadamente muy cerca del límite de los 2 grados Celsius establecido en el acuerdo climático de París de 2015.

De forma alarmante, el reporte señala que los objetivos de emisión actuales de todas las naciones terminarían en un aumento de la temperatura global promedio de 3.2 grados Celsius para 2100. Y esto es algo grave para la humanidad, ya que provocaría muchos de los efectos extremos y graves para la salud humana, las economías globales y el aumento del nivel del mar que se pronostican en los escenarios de “emisiones más altas”.

Cronograma de emisiones netas de CO2 cero para permanecer dentro de los presupuestos de carbono de 1,5 ° C (azul) y «muy por debajo» de 2 ° C (amarillo). Las estrellas indican las emisiones globales de CO2 para 2019 (naranja) y 2020 (violeta), y la línea roja oscura muestra el camino esperado de las emisiones globales antes de la crisis del coronavirus. Fuente: Adaptado de Matthews et al. (2020).

El objetivo del Acuerdo de París sobre el cambio climático, acordado en la Conferencia de las Partes en 2015, es mantener el aumento de la temperatura global en este siglo muy por debajo de los 2 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales. Pero las alarmas se encendieron nuevamente debido a la publicación del Informe Especial del IPCC sobre 1.5°C  que nos da cuatro ideas básicas:

  1. Todavía existe la posibilidad de permanecer por debajo de 1.5°C: el Acuerdo de París de 2015 hizo que las naciones del mundo acordaran mantener “el aumento de la temperatura media global muy por debajo de los 2°C; la mayor parte de la discusión en torno a la actividad gubernamental y empresarial desde entonces se ha mantenido centrada en ese objetivo y existe un 66% de posibilidades de permanecer por debajo de ese límite.
  2. Estamos todavía en un riesgo alto: el Informe Especial actualiza los riesgos a los que se enfrentan algunos sistemas naturales como los corales, la pérdida de hielo marino en el Ártico, y una corriente en chorro más lenta y tambaleante con «patrones de bloqueo» asociados que pueden provocar tanto sequías como diluvios.
  3. El presupuesto de carbono ha aumentado: el IPCC ha aumentado el presupuesto de carbono para 1.5°C de 120 a 570 Gigatoneladas de CO2 (para un 66% de posibilidades de terminar por debajo de este umbral) Esto significa que hemos pasado de «quedan 3 años con las emisiones actuales» a una de nos quedan «10 años para cambiar las cosas”.
  4. El futuro ahora es inevitablemente disruptivo: el estilo de vida de la actualidad necesita cambiar debido a que las emisiones globales continúan aumentando. Esto involucrará todos los ámbitos de actividad humana, empresarial, social, cultural, etc. Si superamos los 1.5°C el cambio geofísico resultante ejercerá una gran presión sobre la economía global, amenazando la producción agrícola y la viabilidad de las cadenas de suministro globales. Esto es un cambio total del sistema. El único objetivo global apunta a descarbonizar por completo lo antes posible.

Compañías como Apple han venido creando políticas para lograr este objetivo. En 2020 anunciaron que para 2030  se convertirán en una compañía carbono neutral en todo su negocio, cadena de suministro de fabricación y ciclo de vida del producto. Inclusive la empresa ya es carbono neutral hoy para sus operaciones corporativas globales.

Estamos perdiendo hielo

La velocidad a la que el hielo desaparece en todo el planeta se está acelerando, según los hallazgos de un estudio dirigido por la Universidad de Leeds e incluye a la Universidad de Edimburgo, el University College de Londres y los especialistas en ciencia de datos Earthwave; que revelan que la Tierra perdió 28 billones de toneladas de hielo entre 1994 y 2017 (1.3 billones de toneladas por año en 2017), lo que equivale a una capa de hielo de 100 metros de espesor que cubre todo el Reino Unido. Efecto que es provocado por un fuerte aumento de las pérdidas de las capas de hielo polar en la Antártida y Groenlandia.

«Aunque todas las regiones que estudiamos perdieron hielo, las pérdidas de las capas de hielo de la Antártida y Groenlandia son las que más se han acelerado. Las capas de hielo están siguiendo ahora los peores escenarios de calentamiento climático establecidos por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático. El aumento del nivel del mar en esta escala tendrá impactos muy graves en las comunidades costeras este siglo”
Dr. Thomas Slater, investigador del Centro de Observación y Modelado Polar de Leeds

Bill Gates tiene una hipótesis: modificar la atmósfera

La idea de modificar la atmósfera de la Tierra para enfriar el planeta, una vez considerada como demasiado arriesgada para considerar seriamente, está atrayendo nuevo dinero y atención. Inspirado en el escenario del calentamiento global, el planeta perdería casi la mitad de capacidad para absorber las emisiones de carbono causadas por el hombre; el empresario, filántropo y fundador de Microsoft, Bill Gates, está respaldando económicamente un proyecto llamado «Experimento de Perturbación Controlada Estratosférica (SCoPEx)” impulsado por científicos de la Universidad de Harvard, que tiene como objetivo provocar un efecto de enfriamiento global con el uso de la geoingeniería solar. Consistiría en rociar polvo de carbonato de calcio (CaCO 3) no tóxico en la atmósfera, un aerosol que refleja el Sol y que puede contrarrestar los efectos del calentamiento global.

David Keith, profesor de física aplicada de la Universidad de Harvard, reconoció que existen «muchas preocupaciones reales» de la geoingeniería ya que nadie sabe qué pasará hasta que se libere el CaCO 3 y se estudien sus efectos. El primer experimento ocurrirá en junio de 2021 muy cerca de la ciudad Kiruna, en Suecia, en donde la Corporación Espacial Sueca lanzará un globo con equipo científico a 20 km de altura.

En síntesis esta hipótesis de Gates, esta basada en la intervención climática solar o geoingeniería solar, que implica reflejar más energía del sol de regreso al espacio, reduciendo abruptamente las temperaturas globales de una manera que imita los efectos de las nubes de ceniza arrojadas por erupciones volcánicas.

Una organización sin fines de lucro llamada SilverLining anunció $3 millones de dólares en becas de investigación para la Universidad de Cornell, la Universidad de Washington, la Universidad de Rutgers, el Centro Nacional de Investigación Atmosférica; el objetivo es responder a preguntas como a qué altura de la atmósfera se inyectan aerosoles que reflejan la luz del sol, cómo disparar partículas del tamaño adecuado a las nubes para hacerlas más brillantes y el efecto en el suministro de alimentos del mundo.

También el Congreso de los Estados Unidos otorgó a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) $4 millones de dólares para investigar la tecnología. La NOAA también comenzará a recopilar datos que le permitirán detectar si otros países comienzan a utilizar la geoingeniería en secreto.

Australia tiene otra hipótesis

Inyectar aerosol en la estratosfera no es la única forma de hacer rebotar más rayos del sol hacia el espacio. El gobierno australiano está financiando una investigación sobre lo que se llama «brillo de nubes marinas», que tiene como objetivo hacer que las nubes sean más reflectantes al rociar agua salada en el aire. El objetivo es conseguir que las partículas de sal actúen como núcleos en esas nubes, fomentando la formación de muchas pequeñas gotas de agua, lo que aumentará el brillo de las nubes, salvando así la Gran Barrera de Coral. El gobierno australiano está preocupado por el aumento de la temperatura del agua durante las llamadas olas de calor marino, las cuales están acelerando la extinción del arrecife, y hacer que las nubes marinas sean más reflectantes puede enfriar las temperaturas del agua lo suficiente como para frenar o detener esa disminución.

La gran oportunidad: la economía circular

En en el Future Business & Strategy de 2020 ya hablábamos sobre los retos que la humanidad enfrentaría en el futuro, si no somos capaces de diseñar nuevos sistemas que apoyen a nuestras actividades. Hablamos de una de las hipótesis más importantes que podemos analizar, entender y aplicar: el modelo de circularidad. El concepto de economía circular fue concebido por Ellen MacArthur (que empezó la fundación que lleva su nombre en 2010) y anima a mantener los recursos en uso el máximo tiempo posible, extraer el máximo valor de ellos en su ciclo de vida, y luego recuperar y regenerar los materiales en el fin de su vida útil; es un diseño basado en la restauración y la regeneración.

En una economía circular, la actividad económica construye y reconstruye la salud general del sistema. El concepto reconoce la importancia de la necesidad de que la economía funcione de manera eficaz en todas las escalas: para empresas grandes y pequeñas, para organizaciones e individuos, a nivel mundial y local.

La transición a una economía circular no solo equivale a ajustes destinados a reducir los impactos negativos de la economía lineal. Más bien, representa un cambio sistémico que genera resiliencia a largo plazo, genera oportunidades comerciales y económicas y proporciona beneficios ambientales y sociales.

El modelo distingue entre ciclos técnicos y biológicos. El consumo ocurre solo en ciclos biológicos, donde los alimentos y los materiales de base biológica (como el algodón o la madera) están diseñados para retroalimentar el sistema a través de procesos como el compostaje y la digestión anaeróbica. Estos ciclos regeneran sistemas vivos, como el suelo, que proporcionan recursos renovables para la economía. Los ciclos técnicos recuperan y restauran productos, componentes y materiales a través de estrategias como reutilización, reparación, remanufactura o (en última instancia) reciclaje. La mentalidad de circularidad y sus estrategias no están pensadas solo para plásticos, sino que se proyectan para todo tipo de industrias y empresas que operan en la tierra.

Actualmente en BCI + Blackbot + BlackSchool estamos ahora mismo experimentando el modelo y pronto les publicaremos a fondo cómo aplicarlo en modelos de negocio y ayudar a contribuir a evitar esos dos grados que pudieran poner a nuestra especie en problemas serios.

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