Diseño reflexivo

Diseño basado en preguntas en lugar de problemas

El diseño ha sido tradicionalmente una disciplina enfocada en la creación de productos, servicios y sistemas para satisfacer las necesidades de los usuarios. Este enfoque ha sido criticado por ser condescendiente, ya que se asume que los usuarios no son capaces de pensar críticamente y deben ser guiados a través de soluciones simples y fáciles de usar. Además, ha provocado la estandarización y la simplificación excesiva de las soluciones de diseño.

En síntesis, el diseño ha estado tan enfocado en la eficiencia, la funcionalidad y la estética, que ha perdido de vista las implicaciones a largo plazo de las soluciones que propone. Esto ha generado no solo consumo excesivo, obsolescencia programada, sobreproducción de residuos sino una serie de problemas complejos que hoy parecieran no tener solución.

Ante esta situación propongo el término “diseño reflexivo”, una alternativa que nos invita a hacer una pausa, a cuestionar y estimular nuestro pensamiento, a provocar nuevas ideas y retar las actuales. Se trata de un enfoque en el que, en lugar de producir soluciones simples y fáciles de usar, se producen soluciones que generan cierto nivel de fricción y provocan el pensamiento.

En términos simples, el diseño reflexivo se diferencia del diseño tradicional en varios aspectos fundamentales, como el enfoque en preguntas en lugar de problemas, la provocación al pensamiento en lugar de evitarlo, y la priorización de la ética sobre la estética. A través de su enfoque crítico, el diseño reflexivo busca desarrollar soluciones sostenibles, inclusivas y éticas para los desafíos actuales y futuros no solo de los humanos sino del resto de seres vivos.

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