Bookshake – Antifrágil

Las cosas que se benefician del desorden

Recuerdo que la primera vez que me topé con Nassim Nicholas Taleb, o bueno, con sus libros, fue en un remate de una librería que estaba por cerrar, entre la montaña de libros alcancé a ver algo que decía «Cisne Negro» y según mi radar era lo suficientememnte viejo pero no tanto como para no ser lo suficientemente contemporáneo.

Esto último es importante porque esa es la combinación bajo la cual he leído toda mi vida, libros viejos y libros nuevos en la misma proporción.

En fín, ahí estaba uno de los libros que se convertiría en algo importante solo que aún no lo sabía. Si bien no es indispensable haber leído los libros anteriores a Antifrágil, sí vas a encontrar referencias de ellos en este último, por lo que, un contexto extra nunca está de más.

Ahora bien, ¿quién diablos es Nassim Nicholas Taleb? Es un ensayista que se hace llamar a sí mismo un flâneur:

«Alguien que, a diferencia de un turista, toma a cada paso la decisión oportunista de revisar su plan (o su destino) para impregnarse de nuevos elementos basados en la nueva información que va obteniendo. En los ámbitos de la investigación y la empresa, ser un flâneur equivale a «buscar la opcionalidad».»

Ya hablaremos más adelante de la opcionalidad, vayan buscando un asiento y una bebida, que esto está por comenzar.

Taleb es honestamente, la clase de autor al que yo aspiraría si me dedicara a escribir libros, tiene una mente fascinante pero más allá de eso, es el tipo de persona que no puede pasar desapercibida, le amas o le odias, con él no hay puntos medios.

Es la clase de autor que tira encabezados como «Si desaparecieran los expertos, sólo los echarían de menos sus madres» pero sobre todo, aprecio mucho su erudición. Claro, todo esto es desde mi perspectiva, al final, en el fondo más que para aprender, leemos libros para confirmar nuestras ideas…

En síntesis Taleb no no es el típico sesudo académico que pontifica desde su torre de marfil, sino un tipo que, cuando recibe amenazas de muerte, en vez de contratar a un guardaespaldas, como le aconsejan sus editores, estudia las artes y los sistemas de entrenamiento del tipo con más pinta de asesino y pendenciero del Bronx… Los imita y sigue a rajatabla: nada de hacer innumerables sesiones de levantamiento de pesas, empleando pocos kilos, sino hacer siempre pocas levantadas, pero con el mayor peso que puedas levantar. Y después, que circule el festín de pasteles.

Antifrágil

El libro está dividido a su vez en siete libros dentro de los cuáles hay un total de venticinco capítulos.

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