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La teoría del Bentoísmo

Todo comenzó como comienzan las grandes historias, con una gran pregunta. Era 2017 y Yancey Strickler (escritor, orador y cofundador de Kickstarter) se encontró con una nota en el periódico China Daily que decía: «PLA to be world-class force by 2050», eso detonó en su cabeza «Mientras China está planeando para 2050, mi propio país, Estados Unidos, está intentando ponerse de acuerdo para pagar las facturas de ese mes». Y lo más importante: ¿Dónde deberíamos estar en 2050?

Más no siempre es mejor

Hoy el mundo está dominado la maximización financiera. La creencia de que en cualquier decisión, la elección correcta es la opción que genera más dinero. Esta es la configuración predeterminada que se ejecuta en gran parte de nuestro mundo. En los negocios, la economía y las finanzas, la importancia del crecimiento financiero es fundamental. El objetivo de tener dinero es hacer más dinero.

Pero la fuerza de la maximización financiera que ha surgido en las últimas décadas es algo diferente. Es más grande y más poderosa que antes. El impulso de maximizar financieramente ha llegado a dominar muchas de nuestras organizaciones, nuestras instituciones e incluso nuestros sueños. El dinero se está convirtiendo en lo único que importa.

Michael Lewis, autor de Moneyball y The Big Short, escribió un libro llamado Liar’s Poker sobre su experiencia trabajando en Wall Street justo en el momento en que la maximización financiera despegó en la década de 1980. Lewis escribe que sus compañeros comerciantes «asumen que cualquier cosa que les permita enriquecerse también debe ser bueno para el mundo». No importaba si sus acciones crearon empleos o los destruyeron. Todo lo que importaba era que estaban ganando mucho dinero haciéndolo.

Esto es lo que la maximización financiera le ha hecho a la sociedad a gran escala. Nos ha convencido de que en cualquier decisión, la elección correcta es cualquier opción que genere más dinero, sin ningún ético. Solo le importa si hay «menos» o «más». Y sin duda, siempre se quiere más.

A medida que ha crecido la maximización financiera, su influencia ha traspasado las riberas de las finanzas. En una variedad cada vez mayor de áreas, estamos cada vez más programados para creer que la respuesta correcta es lo que produzca el mayor rendimiento financiero. Otros valores vienen en segundo lugar, o ni siquiera son contemplados en absoluto.

Tampoco es que el enfoque en el crecimiento financiero esté mal. Sin seguridad financiera, la esperanza de vida de las personas y las organizaciones disminuye. Eso es malo. El dinero es importante. Simplemente no es la única forma de valor que debemos proteger y hacer crecer.

La maximización financiera nos ha atrapado con tres suposiciones:

  1. Que el objetivo de la vida es maximizar la riqueza financiera
  2. Que somos individuos atrapados en un mundo de adversarios
  3. Que esta situación es inevitable y eterna

El problema es que vemos estas ideas como verdades. Pero no lo son. Son ideas que las generaciones anteriores propusieron y aceptaron. Son suposiciones que nos separan, nos mantienen frustrados y limitan nuestra imaginación para el futuro. Son ideas que debemos reexaminar y retar si queremos ir a un lugar nuevo.

Desde 1966, los investigadores del Instituto de Investigación de Educación Superior de la UCLA han realizado el estudio más grande de Estados Unidos sobre las actitudes de los estudiantes universitarios.
Cada año, la encuesta CIRP Freshman les hace a los estudiantes universitarios entrantes las mismas preguntas sobre sus antecedentes, hábitos y valores. Hasta la fecha, más de 15 millones de estudiantes de primer año en los Estados Unidos les han respondido.
Una pregunta de las preguntas les pide a los estudiantes que prioricen sus posibles objetivos de vida. Los estudiantes reciben una lista de alrededor de una docena de opciones para calificar como esenciales, muy importantes, algo importantes o no importantes.
Cuando la encuesta se administró a los estudiantes de primer año que ingresaban en 1967, las metas de vida más nombradas por los estudiantes de primer año como «esenciales» o «muy importantes» fueron:

  1. Desarrollar una filosofía de vida significativa (el 85% decía que esto era esencial o muy importante)
  2. Ser una autoridad en mi campo (70%)
  3. Ayudar a otros en dificultad (63%)
  4. Mantenerse al día sobre asuntos políticos (54%)
  5. Tener éxito en un negocio propio (44%)

Y más abajo en la posición 7:

  1. Estar muy bien económicamente (41%)

A partir de mediados de la década de 1970, las respuestas de los estudiantes comenzaron a cambiar.

Después de un ascenso constante en las décadas de 1970 y 1980, «Gozar de una buena situación financiera» se convirtió en el objetivo de vida más «esencial» o «muy importante» por primera vez en 1989. Este grupo, el de 1993, nació alrededor de 1970. El mismo año que se publicó el ensayo de Milton Friedman en el New York Times. «Estar muy bien económicamente» ha sido el objetivo principal casi todos los años desde entonces.

Así es como respondieron los estudiantes de primer año entrantes en 2016:

  1. Estar muy bien económicamente (82%)
  2. Ayudar a otros que tienen dificultades (77%)
  3. Criar una familia (71%)
  4. Mejorar mi comprensión de otros países y culturas (59%)
  5. Convertirme en una autoridad en mi campo (58%)
  6. Influir en los valores sociales (48%)

Y más bajo:

  1. Desarrollar una filosofía de vida significativa (46%)

Desde 1970, la meta de ser rico pasó de ser esencial para el 28 por ciento de los estudiantes de primer año de la universidad al 82 por ciento. Al mismo tiempo, el objetivo de desarrollar una filosofía de vida significativa se redujo casi a la mitad.

Abriendo el espectro

Para explicar el interés propio que domina el mundo de hoy, Yancey Strickler imagina un gráfico simple. En el eje x está el tiempo. En el eje y hay algo de valor (dinero, poder, unidades vendidas) que está creciendo exponencialmente.

Yancey Strickler | Bentoism

Pero esta idea de «lograrlo»es solo una pequeña parte de lo que hay. Si bien nos enfocamos tan intensamente en maximizar nuestro interés propio, hay un universo más grande que ignoramos. Cuando damos un paso atrás, comienza a surgir ese panorama más amplio.

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Nuestro interés propio no se detiene con nosotros en este momento. No existimos en el vacío. Vivimos dentro de comunidades de personas que se ven afectadas por nuestras decisiones y cuyas decisiones nos afectan a nosotros. Nuestras decisiones también impactan en nuestro futuro.
Lo podemos ver en el mismo gráfico. El eje x del tiempo se extiende desde ahora hasta el futuro. Y el eje y de Interés propio se extiende desde ti («Yo») a tu familia, amigos y comunidades («Nosotros»).

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Cada uno de estos espacios nos impacta y es impactado por nosotros. Sus perspectivas están en nuestro propio interés racional.
A esta forma de ver es a lo que Strickler llama bentoísmo. Bentoísmo viene de la palabra Bento, que es el acrónimo de Strickler para «BEyond Near Term Orientation» (Más allá de la orientación a corto plazo). El Bento es una matriz de dos por dos con un eje x del tiempo y un eje y de interés propio, y las cuatro dimensiones construidas son «Now Me», «Now Us», «Future Me» y «Future Us».

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También «Bento» como la caja de bento, la comida empacada japonesa.
«Bento» también proviene de una palabra japonesa que significa conveniencia. Una caja bento siempre está llena de una variedad de platillos. No demasiado de una sola cosa. El bento honra la filosofía japonesa de hara hachi bu, que dice que el objetivo de una comida es estar lleno en un 80 por ciento. La caja bento crea un valor predeterminado oculto conveniente y saludable lo que la convierte en esencialmente una práctica de prospectiva que aboga por la planificación para el futuro.

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Strickler sostiene que la mayoría de nosotros estamos encerrados en una dimensión de «Now Me», viviendo la vida con una «conciencia pasiva» donde solo actuamos basados en nuestros incentivos a corto plazo y nuestro interés propio. Él cree que estamos en un estado colectivo de declive sostenido porque muchos de nosotros estamos atrapados en esta caja de cortoplacismo. Al solo pensar en el ahora y tener una visión estrecha del yo, estamos arruinando nuestras posibilidades de tener un futuro seguro.

Como individuos, por lo general tomamos decisiones para la acción basadas en nuestro propio interés, que se define por lo que creemos que se alinea con nuestros valores, necesidades y metas. En opinión de Strickler, el Bento proporciona un marco para expandir nuestra forma de pensar en nuestro propio interés para que podamos cambiar nuestro proceso de toma de decisiones. En lugar de ver nuestro interés propio como algo que existe principalmente en el presente y solo involucra a nuestro ser singular, la matriz de Bento demuestra que nuestro interés propio también incluye el estado presente de nuestra comunidad, aquellos más cercanos a nosotros en quienes confiamos y que confían en nosotros, así como nuestro futuro o seres mayores, y el futuro o el yo más viejo de aquellos en nuestra comunidad.

El dilema del prisionero

El dilema del prisionero es un problema fundamental de la teoría de juegos que muestra que dos personas pueden no cooperar incluso si ello va en contra del interés de ambas.

Fue desarrollado originariamente por Merrill M. Flood y Melvin Dresher mientras trabajaban en RAND en 1950. Albert W. Tucker formalizó el juego con la frase sobre las recompensas penitenciarias y le dio el nombre del «dilema del prisionero» (Poundstone, 1995).

La enunciación clásica del dilema del prisionero es:

La policía arresta a dos sospechosos. No hay pruebas suficientes para condenarlos y, tras haberlos separado, los visita a cada uno y les ofrece el mismo trato. Si uno confiesa y su cómplice no, el cómplice será condenado a la pena total, diez años, y el primero será liberado. Si uno calla y el cómplice confiesa, el primero recibirá esa pena y será el cómplice quien salga libre. Si ambos confiesan, ambos serán condenados a seis años. Si ambos callan, serán encerrarlos durante un año por un cargo menor.

Lo que puede resumirse como:

Tú callas Tú confiesas
Él calla Ambos son condenados a 1 año. Él es condenado a 10 años y tú sales libre.
Él confiesa Tú eres condenado a 10 años y él sale libre. Ambos son condenados a 6 años.

La mejor solución sería para ambos sospechosos callar, lo que resultaría en el menor tiempo de prisión combinado (2 años en total). Sin embargo, debido a la falta de confianza y la tentación de traicionar para obtener una mejor oferta, es posible que ambos decidan confesar y terminen con un resultado subóptimo (6 años de prisión cada uno). O bien, en el peor escenario, en la que cada uno de los sospechosos confiese y el otro calle, el que haga lo segundo recibirá la condena de 10 años.

¿Qué hace una perspectiva bentoísta ante el dilema del prisionero?

Para averiguarlo, le hacemos a cada cuadrante de la caja Bento la pregunta: ¿Debemos ser leales a nuestro compañero o debemos delatarlo? ¿Cómo responden las perspectivas en cada Bento?

«Now Me» es la voz más interesada. Está en modo de autoconservación. Está lista para decirle a las autoridades cualquier cosa para evitar la cárcel.

«Now Us» considera a las personas que nos rodean, sus necesidades y cómo nuestras decisiones las afectan. Sus instintos son solidarios. No quiere enviar a nuestro compañero a la cárcel.
«Future Me» es la persona que quieres ser. No quiere que tomes una decisión de la que luego te arrepientas. Te recuerda tus valores (sean los que sean) y te anima a mantenerte fiel a ellos.
«Future Us» es el mundo que quieres que tengan tus hijos. Cómo deberían ser las cosas. Preferiría vivir en un mundo en el que las personas puedan confiar unas en otras que en uno en el que no.
El debate es entre las voces de Now Me y Now Us. Pero la decisión la toman los valores de Future Me. Son los valores de una persona los que finalmente toman la decisión.

Yancey Strickler | Bentoism

Crea tu propio Bento

Ahora es el momento de construir tu Bento. Esto implica identificar sus propios valores, metas y necesidades. Todo lo que necesita son dos pedazos de papel, un implemento de escritura y quince minutos de tu tiempo.

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Paso 1

En ambas páginas, dibuje un Bento y divide cada caja como se muestra en la imagen o bien, descarga el formato aquí.

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Paso 2

Ahora tienes dos pedazos de papel, cada uno con un Bento. Usaremos uno para empezar. Deja a un lado el otro para un poco más tarde.

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Paso 3

Ahora vamos a llenarlo con tus valores, metas y necesidades. En los siguientes pasos, se te dará una serie de indicaciones simples para responder en cada espacio del Bento. Tómate unos 90 segundos para anotar todo lo que se te ocurra en cada uno.

Empezaremos con Now Me. Esta es la parte más «egoísta» de ti. La parte que anhela seguridad, placer y autonomía.

¿Qué quiero y necesito ahora? ¿Qué necesitas para sentirte seguro? Ve algunas respuestas de ejemplo. Tómate 90 segundos para escribir tus respuestas en el cuadro Now Me de tu Bento.

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Paso 4

El siguiente es Future Me. La versión más antigua y sabia de ti mismo. ¿Qué quiere y necesita Future Me? ¿Qué debe ser siempre cierto de ti? ¿Qué diría tu obituario? ¿Qué te impulsa? Tómate 90 segundos para escribir tus respuestas en el cuadro Future Me.

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Paso 5

El siguiente es Now Us. Now Us somos las personas en las que confiamos y que confían en nosotros. Nuestras familias, vecinos, compañeros de trabajo, personas de la misma fe, etnia, nacionalidad, etc.

¿Qué necesita Now Us? Imagina a tus amigos, familiares, compañeros de trabajo, vecinos y comunidad. ¿Qué das en tus relaciones con ellos? ¿Qué te dan? ¿Cuál es el corazón de sus relaciones? Tómate 90 segundos para escribir tus respuestas en el cuadro Now Us de tu Bento.

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Paso 6

El último es Future Us. Future Us es la próxima generación. Nuestros hijos y los hijos de todos los demás también.

¿Qué necesita la próxima generación? ¿Qué necesitan tus hijos (literales o figurativos)? ¿Qué te dejaron las generaciones anteriores? ¿Qué deberías dejar para las siguientes? Tómate 90 segundos para escribir tus respuestas en la casilla Future Us.

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Tu Bento ahora debería verse algo así:

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Paso 7

El siguiente paso es buscar similitudes y temas en cada espacio. Rodea, subraya y resalta lo que destaque. ¿Qué temas subyacentes emergen? Tómate 90 segundos.

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Paso 8

Finalmente, saca tu segundo Bento. Resume los temas que surgieron en cada parte de tu Bento en una frase simple. Cuatro palabras o menos es ideal. Tómate tres minutos para llegar a las frases correctas. Una vez que los tengas, escríbelos en el Bento en blanco.

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Este es tu Bento. Tu hoja de ruta personal para la autocoherencia. Guárdalo junto a tu escritorio o como pantalla de bloqueo de tu teléfono. Úsalo como brújula al tomar decisiones y priorizar tu tiempo.

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Imagina las implicaciones más grandes si más de nosotros usamos el Bento para pensar en un panorama general. Muchos de nosotros damos dos cosas por sentado:

  1. A medida que el tiempo avanza, las cosas solo pueden mejorar, por lo que nuestras vidas solo pueden mejorar (una noción progresiva de tiempo)
  2. Nuestra capacidad para lograr metas está determinada por nosotros mismos y no por nadie más (individualismo robusto)

Pero la pandemia ha demostrado que la progresión social no es inevitable y que nuestra salud, bienestar y seguridad están conectados con la salud, el bienestar y la seguridad de los demás. Si más personas vieran y pensaran activamente en las múltiples dimensiones de su interés propio, haciendo espacio para su comunidad y para el futuro, podríamos construir un mundo que tome acción con las generaciones futuras en mente.

Si quieres aprender más sobre el Bentoísmo, visita el sitio de Yancey Strickler bentoism.org.

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