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Wellbeing Economy

A inicios de 2021 tuve la oportunidad de dictar una conferencia para una de las compañías globales en el ramo farmacéutico llamada “AbbVie”. Les mostró un poco del futuro de una economía que ellos tienen agencia pero que no están viendo. En este artículo de fondo, les mostraré la oportunidad de la economía del bienestar (wellbeing economy) en donde veremos planteamientos como:

Avance tecnológico

La combinación del tremendo avance tecnológico que hemos visto en los últimos 70 años (de los cuales los últimos 30 han sido exponenciales), han superado nuestras instituciones, a nuestros líderes empresariales, a nuestros líderes políticos y a nosotros mismos. Este hecho exige una reinvención profunda de la forma en que cumplimos las funciones que generalmente se incluyen en el concepto de “economía” y de las reglas que han venido evolucionando en los últimos 20 años y que nadie estaba viendo porque estábamos distraídos con otras prioridades.

Es, en definitiva, una tarea de reinvención que nos exige pensar con un diferente foco. Partamos de que el objetivo de nuestro sistema económico no es la producción, la riqueza, la innovación o incluso la felicidad. El objetivo fundamental de nuestro sistema económico es mejorar el grado en que los seres humanos somos capaces de satisfacer nuestras necesidades tanto a corto como a largo plazo, en condiciones futuras inciertas y en un planeta en donde estamos sintiendo el impacto de la economía destrozando y contaminando nuestros recursos naturales. ¿Cómo podemos llamar a esa economía? ¿Una economía de la coexistencia, de la reciprocidad? La llamaremos, economía del «bienestar» (wellbeing economy).

Este enfoque se convertirá en una alternativa al actual modelo capitalista. Un nuevo proyecto sistémico que pone una nueva hipótesis para diseñar el futuro.

Nuestra economía actual

El objetivo de diseño de nuestra economía es proporcionar un alto nivel general de bienestar y podemos medir la calidad de nuestro enfoque económico general por el grado en el que es capaz de proporcionar de manera sostenible el bienestar individual al nivel más alto posible. Todo lo demás es un medio para ese fin. Pero no necesariamente hemos medido el impacto que le estamos haciendo a esos “medios” (como la naturaleza, la cual necesita de sustentabilidad y sostenibilidad).

El problema es que la economía tradujo “bienestar” con “posesiones” y fue así como, toda nuestra economía contemporánea fue rediseñada para hacer que deseemos lo que no necesitamos y cuando lo tenemos, desear más, aunque eso no nos haga sentir satisfechos, llenos, realizados o completos. Obsérvate, todo el tiempo estás deseando un auto mejor (cuando ya no usas el auto), todo el tiempo quieres ropa (aunque tampoco la usas), etc. En síntesis, ningún sistema económico, por productivo y juiciosamente distributivo que sea, puede hacer su trabajo de proporcionar nuestro “bienestar” si no somos capaces de identificar y compartir con precisión y coherencia nuestras necesidades reales.

Inventamos KIPs de negocio (Key Performance Indicators) para medir el éxito de una compañía en exclusiva función de su viabilidad económica. Mediamos el éxito de un país en su capacidad de producción y riqueza económica. Mediamos lo genial que te trata la vida con base en el dinero que tienes en tu cuenta de banco y posesiones materiales. ¿Y el resto de los indicadores?

En esta década distintos economistas de todo el mundo han venido proponiendo nuevos indicadores en un nuevo concepto de economía. En su libro “El juego infinito”, Simon Sinek propone una nueva filosofía de compañía en donde la competencia económica deja de existir (en donde solo hay un ganador y muchos perdedores) y pasa a una economía de valor que trasciende el tiempo y las generaciones. La muerte del cortoplacismo económico para pasar a otro mucho más abundante pero absolutamente simple con un objetivo claro: apoyar el bienestar a largo plazo de la especie humana.

Rastrear todo

La tecnología nos ha traído la posibilidad de trackear todo, gracias a los escáneres de códigos de barras y etiquetas RFID que realizan un seguimiento de las cosas que circulan por Wal-Mart o llegan a tu casa gracias a Amazon. Nuestros teléfonos móviles siempre tienen prendido el GPS interno para decirle a algún proveedor de aplicaciones dónde estamos, qué estamos haciendo, qué estamos pensando, cuánto tiempo, con quiénes estamos e incluso cómo nos sentimos.

Para 2030, la conciencia de la data que generamos creará un nuevo movimiento de las cosas a través de la economía. Incluso las redes que permiten la conectividad de nuestros dispositivos se volverán no solo potentes, sino globales a través de los satélites de conectividad planetaria que giran en las distintas órbitas. No tendremos un lugar en el Planeta que no tenga la posibilidad de conectarse, proporcionando datos valiosos, sobre todo. A este movimiento le pondremos “Track Everything” y nos llevará a entender el poder y el valor real de la “data” y cómo a través de ella, mejoramos todo.

La economía del futuro está diseñándose, probándose, emprendiéndose desde el presente. Vemos startups que están apostando por el aprovisionamiento justo a tiempo y el seguimiento del ciclo de vida de los recursos que utilizan. Amazon con base en algoritmos predictivos desplegará Zeppelin dotados de productos que ellos ya saben que pedirás a medio día y que ellos a través de sus drones te llevarán a la casa en menos de una hora. Una nueva “nube de la nube”.  El video que verás a continuación es una simulación, pero la patente y el proyecto son reales:

Uber por ejemplo conoce la ubicación de todos los automóviles de su flota. Y las computadoras a bordo de los autos sumado con la información del app lo saben todo, desde el estado del tanque de gasolina, el aire acondicionado interior, la velocidad del auto, los recorridos, la relación entre la aceleración y el frenado en su movimiento, la calificación entre humanos (validación), etc. Todo esto alimentará a una nueva flotilla que podría implementar automatización e incluso, como Amazon, predicción.

Pensábamos que el “Internet de las cosas” vendría con cepillos de dientes conectados a Internet, pero ha comenzado desde hace años con nuestras acciones más básicas: distribución y autonomía.

La cuantificación del “yo”

Esto será importante (de hecho, lo más importante). Con toda esta explosión de data, los algoritmos sumados a la Inteligencia Artificial conocerán más de ti, que tú mismo. Gary Wolf y Kevin Kelly ya nos advertían de esto con su visión del «yo cuantificado», donde utilizamos una combinación de tecnologías y prácticas para rastrear más y más datos sobre nuestro estado personal. Productos como FitBit, Nike+, el Apple Watch son ejemplos claro de ese movimiento. La última versión del iWatch de Apple mide incluso la saturación de oxígeno en la sangre.

En toda esta década veremos tecnología de consumo que nos permitirá comprender el comportamiento de nuestro cuerpo, monitorear en tiempo real el nivel de colesterol y azúcar en la sangre y las hormonas del estrés como el cortisol y la epinefrina e incluso las formas estructurales profundas en las que nuestro cuerpo está tratando de responder a su estado químico. También al observar nuestra expresión facial, voz, lenguaje corporal, palpitaciones del corazón, conoceremos el estado emocional también.

Imagina esa data lo que significa para Netflix. No solo podrán saber si una serie tiene más reproducciones o es popular por la conversación en las redes sociales. Sino ahora sabrán lo que sentimos cuando estuvimos viéndolas, sabrán lo que comimos, la hora del día, con quién estábamos, qué tipo de dispositivo, etc. ¿Cómo utilizarías esa data? ¿Qué nuevos mercados logras ver?

Evaluación de la experiencia

Compañías como Amazon, Airbnb, Yelp, Uber, Quora, StackExchange, etc., utilizan la evaluación humana de la experiencia (libros, restaurantes, paseos, etc.) para mejorar sustancialmente su capacidad de evaluar la calidad de las experiencias que brindan y para brindar cada vez más. experiencias satisfactorias. La capacidad de discernir la diferencia entre una experiencia mala y una experiencia fantástica se convertirá en una pieza tan importante de creación de valor humano, en donde al fusionarse con el pensamiento de diseño, pensamiento creativo y el pensamiento de innovación se convertirán en los activos empresariales más importantes de la década.

Un nuevo concepto: CAD

Partamos de un statement poderoso: cualquier compañía que fue diseñada en el siglo pasado ya es obsoleta para este. El pensamiento de “Corporaciones” ha queda absolutamente demostrada su poca viabilidad ante un mundo de alta velocidad, agilidad, adaptabilidad, innovación, creatividad, diseño y futuro. Te proponemos un concepto nuevo: CAD (Compañía Autónoma Descentralizada), la cual es una “Compañía ligera” (Soft Company, ya hablaremos de ella en unos días) que, gracias a la combinación de software, inteligencia artificial, contratos digitales, libros de contabilidad descentralizados, monedas digitales, trabajo a distancia, alcance global, economía local, inteligencia de negocios, algoritmos y colaboración creativa humana; lograrán diseñar la compañía que regirá en esta década.

Es la evolución de la antigua herramienta económica llamada «La Corporación” y su paso a una nueva absolutamente nueva que mezclará lo mejor de la tecnología con las capacidades creativas e innovación de los humanos. En este nuevo paradigma de las CAD, proponemos un nuevo modelo que llamamos las 9Ps. Un modelo que diseñamos en Blackbot donde cambiamos la forma en que entendemos y construimos la salud y la prosperidad de la sociedad, mirando más allá del crecimiento económico hacia el bienestar colectivo, el propósito, el futuro y la sostenibilidad ambiental:

Hoy nos detendremos en una de ellas. La “P” de “Personas”. Las personas, desde el punto de vista de la data, no somos más que un un flujo semi-coherente de relaciones que se mueven a través del tiempo y el espacio hacia destinos desconocidos. Con la tecnología que tenemos, podemos crear un sistema de soporte técnico que utiliza todas las cosas de las que hemos estado hablando anteriormente para ayudarlo a ser el mejor flujo de relaciones que pueda ser.

Apliquemos este conocimiento en un ejemplo

Pongamos un ejemplo. Imagina que tienes hambre. Lo que sucede en realidad es que tu sistema corporal ha comenzado a quedarse sin ciertas moléculas que son necesarias para su bienestar (ojo con la palabra bienestar). Tu cuerpo al saber esto comienza a manifestarse de diversas formas:

Con esta data, el Algoritmo Personal (AP) analiza esta información de tu comportamiento y con base en el historial reciente, sumado a la hora del día, las horas que tienes despierto, tu agenda, tu relación con otros seres humanos, etc., tiene un análisis del estado actual de tu metabolismo creando una hipótesis: necesitas alimentarte.

En otras palabras, comienzas a tener hambre y tu algoritmo ahora también lo sabe y con base en el AP (algoritmo personal) en el que estás llevando una agenda alimentaria saludable, sabe qué tipo de nutrición sería simultáneamente más útil metabólicamente y, dado que ha estado evaluando diligentemente cada experiencia con los alimentos de los últimos diez años con cada vez más matices y cuidados, qué tipo de experiencia con los alimentos sería la más deliciosa y saludable para ti.

¿Lo ves ahora? El poderoso concepto económico del “bienestar”. En este ejemplo puedes incorporar toda tu historia de alimentos y bioquímica, tus valores declarados y tus evaluaciones reales. Ha hecho un match con los alimentos de temporada. Ha entendido las posibilidades de comercios cercanos o plataformas que podrían resolver tu problema de alimentación en un ecosistema específico para ti. Ya no verás anuncios, verás recomendaciones científicas, algorítmicamente personales y relevantes que permitirán conectarte con un mercado valioso para ti.

La lógica de esta economía tiene tres componentes:
CAD (compañía autónoma descentralizada) – Plataforma – AP (algoritmo personal)

Es esta Plataforma, el verdadero mercado de intercambio de valor entre el “AP” de un ser humano (Persona) y el CAD (compañía).

Manfred Max Neef, ya nos había hablado de este tipo de economía. Sus obras más destacadas son dos tesis que denominó “La economía descalza” y “Desarrollo a escala humana”, las que definen una matriz que abarca nueve necesidades sinérgicas humanas básicas:

Con base en esta hipótesis de Max, podemos crear un frame que contenga esas nueve necesidades sinérgicas humanas básicas

Con esta idea de Max en mente, podemos entonces exponer que los grandes logros se obtienen cuando podemos brindar experiencias que satisfacen de forma simple para el ser humano, muchas necesidades humanas a la vez y son la base de una economía que está realmente bien diseñada para nuestro “bienestar”. Hagamos el ejercicio con el frame que creamos. Si tienes hambre y en esta nueva economía alguien lo resuelve, lo que ocurrió es lo siguiente:

Lo explico:

Trata de aplicar esta nueva economía a compañías como CocaCola.
Ya sé. Ya te diste cuenta de lo obsoletas que se ven en comparación con lo que sigue, pero estas compañías siguen construyendo su postura a partir del “marketing” y no de la “innovación”.

El poder de diseñar lo que queramos

Vimos solo un ejemplo del poder de diseñar el futuro. Un poder que nos permitirá construir la forma en que actuamos para proporcionar nuestro “bienestar colectivo” y la gran transición hacia la economía del “bienestar” realmente se aceleró en el 2020.

Para resolver los desafíos sociales, económicos y ambientales que enfrentamos hoy, necesitamos repensar el “status quo”. Los gobiernos y otras instituciones de todo el mundo deben adoptar nuevas formas de pensar y participar activamente en la innovación, la creatividad, el diseño y futuro generalizado de sistemas para lograr un progreso real hacia un mundo más saludable y próspero. La respuesta no está en los modelos económicos tradicionales. Son un punto de partida que nos brindó datos, pero necesitamos llevarlo al siguiente nivel.

Necesitamos un sistema económico que adopte un enfoque prospectivo de los desafíos sociales, culturales, económicos, ambientales, políticos que enfrentaremos; para garantizar que los tipos de problemas relacionados y subsiguientes mencionados anteriormente no ocurran en primer lugar o sean mucho menos graves.

La “economía del bienestar” es el inicio de una hipótesis, con una amplia gama de ideas y acciones destinadas a promover el bienestar social a través de estructuras de gobernanza que apoyan la coexistencia pacífica y satisfacen las necesidades humanas básicas. Una economía del bienestar brinda a las personas las mismas oportunidades de progreso, un sentido de inclusión social y estabilidad, todo lo cual contribuye a la resiliencia humana y, lo que es más importante, mantiene y apoya la armonía con el mundo natural. Su objetivo es, ante todo, servir a las personas y las comunidades, y ofrece un camino prometedor hacia un mayor bienestar social y salud ambiental.

Finalmente, te dejo con este fantástico TED talk:

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